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Salud mental

 Problemas laborales en personas con problemas de salud mental 

  1. INTRODUCCIÓN

La salud mental puede ser definida como el estado de bienestar que permite a los individuos realizar sus habilidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva y hacer una contribución significativa a su comunidad. Cabe destacar que los trastornos mentales son enfermedades muy prevalentes y constituyen un problema de salud pública con un gran impacto en términos de dependencia, discapacidad, costes económicos y sanitarios (OMS, 2003). La salud mental incluye aspectos como son: el bienestar emocional, la capacidad para mantener relaciones satisfactorias, la capacidad que posee la persona para poder adaptarse a situaciones que aparecen en su vida cotidiana… 


Es importante el conocimiento de salud mental de la población e identificar cuáles son los determinantes sociales que se asocian a una mayor prevalencia en dichos problemas. Del trabajo comparte dos principios básicos:

a) un ámbito temático estructurado en torno a la interacción personal-ambiente que, en unos casos, aparece bajo la denominación conducta laboral (en tanto que reacción comportamental a variaciones en las circunstancias del ambiente de trabajo) y, en otros, de acción laboral (de un sujeto cognitivo, emocional y social orientado intencionalmente a modificar su ambiente socio laboral); 

b) una misma acepción de trabajo en tanto que empleo, esto es, una forma socio históricamente determinada de actividad laboral asalariada, en un régimen contractual, en el marco de una organización laboral.


Los problemas laborales son todas aquellas dificultades relacionadas con la esfera relacional en el ámbito profesional, como puede ser la relación con los compañeros y con los superiores, o aquellas relativas a aspectos específicos de las organizaciones de las que forman parte. Estos problemas pueden afectar negativamente a la salud tanto física como mental de los trabajadores, como también afectando a las empresas.


Gracias al teletrabajo, ha habido un auge en el empleo de las tecnologías de la comunicación. Se ha expandido el sector servicios y la utilización creciente de la externalización y la subcontratación son algunos de los grandes ejes que afectan a la salud física y mental. Cuando el trabajo está mal organizado, aparecen los riesgos psicosociales, que pueden tener efectos negativos sobre la salud mental y el bienestar de las personas que trabajan. Los orígenes del estrés pueden encontrarse, principalmente, en el contenido del trabajo, el ritmo y la carga de trabajo, la organización del tiempo de trabajo y el nivel de participación y control en la toma de decisiones.


En una sociedad cada vez más competitiva y demandante, un ambiente laboral tóxico es altamente perjudicial para la salud mental y, entre otros efectos, produce un aumento de personas que acuden a las consultas psicológicas por problemas en el trabajo. En el caso de las mujeres, la situación puede complicarse aún más en los procesos de embarazo y maternidad, cuando la falta de adopción de medidas en el lugar de trabajo puede terminar por apartarlas del entorno laboral



  1. DATOS Y CIFRAS 

En 2019 se estimó que el 15% de los adultos en edad de trabajar tenía un trastorno mental. A nivel mundial, se estima que cada año se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, a un costo de US $1 billón por año en pérdida de productividad. 


Cerca del 60% de la población mundial trabaja, ya que el trabajo puede proteger la salud mental. En cambio, para las personas con problemas de salud mental, el trabajo decente puede contribuir a la recuperación y a la inclusión, y mejorar la confianza y el funcionamiento en la sociedad.


Los entornos de trabajo seguros y sanos no solo son un derecho fundamental, sino que también tienen más probabilidades de minimizar la tensión y los conflictos en ese ámbito y mejorar la fidelización del personal, así como el rendimiento y la productividad laborales. Por el contrario, la falta de estructuras efectivas y apoyo en el trabajo, especialmente para quienes viven con trastornos mentales, puede afectar la capacidad de las personas para ser eficaces y disfrutar con su trabajo, menoscabar la asistencia de las personas al trabajo e incluso impedir que, para empezar, obtengan un trabajo. 


Generalmente, las mujeres presentan tasas superiores de depresión, estrés, ansiedad, somatizaciones y trastornos de la alimentación, mientras que los hombres padecen con mayor frecuencia abuso de sustancias y trastornos antisociales.



  1. RIESGOS PARA LA SALUD MENTAL EN EL TRABAJO

Los riesgos psicosociales pueden incluir las siguientes características: 

  • Mal aprovechamiento de capacidades.

  • Sobrecarga laboral o falta de personal.

  • Horarios largos o inflexibles.

  • Falta de control sobre el trabajo.

  • Condiciones físicas deficientes.

  • Cultura organizacional negativa.

  • Poco apoyo o liderazgo autoritario.

  • Violencia, acoso o discriminación.

  • Roles poco claros y promociones inadecuadas.

  • Inseguridad laboral y baja inversión en desarrollo.

  • Dificultades para conciliar trabajo y vida personal.


Más del cincuenta por ciento de los trabajadores en el mundo se encuentran situados en la economía informal, lugar en el que carecen de protección en salud y seguridad, afectando a su salud mental. Aunque los riesgos psicosociales están presentes en todos los sectores, algunos profesionales están más expuestos por la naturaleza de su labor. Las crisis económicas o humanitarias agravan estos riesgos, generando desempleo e inestabilidad. Es sabido por todo el mundo, que el entorno laboral juega un papel importante en la vida de las personas pues éste puede intensificar problemas como la discriminación y la desigualdad, afectando aún más la salud mental.


Además, las personas con trastornos mentales graves tienen más probabilidades de ser excluidas del empleo, y de ser objeto de trato desigual cuando están empleadas. Permanecer sin trabajo también representa un riesgo para la salud mental. El desempleo, la inseguridad laboral y financiera y la pérdida reciente del empleo son factores de riesgo de intento de suicidio. 


Según estudios recientes, “el asegurar unas condiciones de empleo adecuadas podría reducir un 60% los casos de mala salud mental de las trabajadoras y un 80% los casos de los trabajadores; la razón no es otra que el trabajo es el causante de estos problemas. 


  1. PROMOCIÓN Y PROTECCIÓN DE LA SALUD MENTAL EN EL TRABAJO

Con el fin de proteger la salud mental, la OMS recomienda lo siguiente:

  • capacitar a los administradores en la esfera de la salud mental para ayudarles a que reconozcan y respondan a las dificultades de las personas con angustia emocional a quienes supervisan; desarrollen competencias interpersonales como la comunicación abierta y la escucha activa; y comprendan mejor de qué manera los factores estresantes en el trabajo pueden afectar a la salud mental, y cómo pueden gestionarlos;

  • capacitar a los trabajadores en las cuestiones y la sensibilización respecto de la salud mental, para mejorar el conocimiento en ese ámbito y reducir la estigmatización respecto de los trastornos mentales en el trabajo; e

  • intervenciones dirigidas a las personas para que desarrollen aptitudes que les permitan gestionar el estrés y reducir los síntomas relacionados con la salud mental, incluidas intervenciones psicosociales y oportunidades de actividad física recreativa. 


  1. APOYOS A ESTE COLECTIVO 

Las personas con problemas de salud mental tienen derecho a participar plenamente y en igualdad de condiciones en el trabajo. Desde la ONU y centrado en los Derechos de las Personas con Discapacidad, se respalda el derecho al trabajo de estas personas y el trato igualitario en el ámbito laboral. La OMS propone tres intervenciones claves para apoyar la inclusión laboral: 

1) Ajustes razonables en el trabajo: adaptaciones del entorno laboral a las capacidades y necesidades del trabajador, como por ejemplo, horarios flexibles, reducción de la carga laboral, impidiendo situaciones de estrés, tiempo para sus citas médicas o reuniones de apoyo. 

2) Iniciativas de empleo con apoyo: proporcionar acompañamiento continuo para ayudar a personas con problemas mentales graves a conseguir y mantener un empleo remunerado y para mejorar la percepción que tiene de sí mismo. 

3) Programas de reincorporación al trabajo: este combina tanto el apoyo laboral (con adaptaciones y supervisión) como con la atención clínica continua para facilitar el seguimiento de la enfermedad y ver si existen mejoras o no. 


Bibliografía 


World Health Organization: WHO. (2024, 2 septiembre). La salud mental en el trabajo. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-at-work 


Unión General de Trabajadores. (2023). Salud mental y trabajo .https://www.ugt.es/sites/default/files/SALUD%20MENTAL%20Y%20TRABAJO%202.pdf 


Porras Velásquez, N. R. (2013). Inserción laboral y salud mental: una reflexión desde la psicología del trabajo. Tesis Psicológica, 8(2), 98-117. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4630497 


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